1) Licenciado Porras, parece que el fideicomiso ha dejado de ser un esquema de administración para convertirse en un instrumento financiero, capaz incluso de generar economía. ¿Qué importancia tiene en los sistemas financieros latinoamericanos? ¿Nos puede explicar esa transición?
Desde su incorporación en la legislación latinoamericana a partir de los años 20 del siglo pasado, el fideicomiso ha tenido una evolución sorprendente en los sistemas financieros latinoamericanos. Si bien la figura se nutrió del Trust Anglosajón, una vez incorporada a nuestros sistemas legales adquirió identidad propia como instituto y hoy podemos afirmar que tenemos algo que es genuinamente latinoamericano, que trascendió las fronteras individuales para convertirse en una opción global y una realidad que trasciende con gran amplitud el contexto de los países. Basta señalar que más de 500 millones de personas en 18 jurisdicciones latinoamericanas tienen en estos momentos acceso a este instrumento que ha sido capaz de generar legislación particular, doctrina, jurisprudencia, pero sobre todo de ofrecer productos dirigidos individualmente a personas de negocios, a gobernantes, generando una gama de opciones que permiten utilizarlo para solucionar variadas y complejas situaciones, hasta convertirse en una herramienta de ingeniería
financiera.
Este desarrollo vertiginoso fue posible gracias a la iniciativa y la habilidad de personas que descubrieron en esta figura al instrumento para hacer negocios, de suerte que si nació para solventar situaciones personales, crece e incursiona en el ámbito de negocios como consecuencia de sus características, entre otras, por ser una figura sumamente flexible y adaptable a distintas circunstancias. Sin duda este aspecto es el que hace posible a la gente de negocios contar con un aliado estratégico para generar sus propias actividades. En paralelo hemos visto cómo en los países latinoamericanos fue surgiendo el fiduciario profesional, aquel que posee la habilidad y el conocimiento para administrar este instrumento y ponerlo al servicio de las personas y los negocios, convirtiéndose en un gestor profesional para transacciones de terceros.
Lo anterior, ha dado como resultado que en estos momentos más de 500 mil millones de dólares están siendo administrados por las diferentes entidades fiduciarias en Latinoamérica como patrimonios autónomos para el cumplimiento de las más variadas finalidades.
2) ¿A qué atribuye esa importancia creciente?
El término fideicomiso procede de fe o confianza, por tanto, la figura se ha podido desarrollar por el papel jugado por los administradores fiduciarios en su promoción y en el desarrollo de distintos productos conexos. Hay que decir que el fiduciario es un gestor confiable de bienes de terceros; que carga con una enorme responsabilidad debido al riesgo que corren los clientes al confiar sus patrimonios. Por dicha situación es visto por la comunidad financiera de manera especial y se le exigen parámetros de actuación sumamente cuidadosos, en tanto que al ser gestor de terceros pone su experiencia al servicio de variados fines haciendo que los negocios se desarrollen y crezcan en nuestros países.
Lo anterior ha llevado a que actualmente tanto personas en lo individual, como empresarios privados y hasta entidades públicas cuenten con productos diseñados según sus necesidades, que son administrados de manera más profesional y con la debida transparencia.
3) ¿Qué países marchan a la vanguardia con este instrumento?
Si bien encontramos presente la figura en todos los países latinoamericanos con algunas pocas excepciones, sin duda hay algunos que alcanzan un alto desarrollo. En este caso se ubica México, país que ha logrado incorporar la figura del fideicomiso en el desarrollo de múltiples proyectos públicos a nivel federal, estatal y municipal, a través de diversos administradores como bancos, casas de bolsa, almacenes de depósito, aseguradoras, afianzadoras y sociedades financieras. Al momento, por medio del fideicomiso se administran en ese país más de 400 mil millones de pesos.
Otro país que ha alcanzado un gran desarrollo es Colombia, donde la legislación prevé la existencia de entidades administradoras fiduciarias de objeto específico. En esta nación tanto la fiducia pública como la privada han alcanzado un gran desarrollo. Las fiduciarias colombianas administran más de 75 mil millones de dólares en activos, siendo los pasivos de pensiones uno de los más importantes productos junto con los vinculados al desarrollo de obra pública. Por otra parte, tenemos países como Argentina con un desarrollo muy importante en los llamados Fideicomisos Financieros (Titularizaciones) utilizados para el financiamiento de variados proyectos públicos y privados.
Perú es otro país que ha logrado incorporar la figura en los sectores mineros y en el desarrollo de infraestructura. Asimismo, en los países centroamericanos el uso y aplicación de la figura en la administración de fondos provenientes de ayudas de organismos financieros internacionales tanto multilaterales como bilaterales para fines específicos- ha encontrado un gran desarrollo. También una cantidad importante de apoyos acordados por agencias de cooperación bilateral y gobiernos -específicos, para fines de protección y conservación del medio ambiente; combate a la pobreza; apoyo a las micro y pequeñas empresas han visto en el fideicomiso el instrumento idóneo para administrar esos recursos y ayudas.
4) Entiendo que América Latina está a la vanguardia en este tema, aventajando a Estados Unidos y Europa; ¿cuál es la explicación?
Tal y como se ha indicado, el fideicomiso encontró en América Latina un campo fértil para desarrollarse debido a las requerimientos que tienen nuestros países y a la flexibilidad del instrumento que permite adecuarlo a la solución de diversas necesidades. Por otra parte, los estados, de a poco, fueron entendiendo que el desarrollo social y las necesidades de infraestructura pública se pueden solventar con el uso de este instrumento. De la misma forma observaron como la implementación de esquemas en el que participan empresas privadas y públicas vinculadas a través de un fideicomiso pueden lograr de manera eficaz y transparente la administración de recursos provenientes de fuentes externas. Otro factor que explica este desarrollo es la implementación de legislaciones que estimulan el uso de la figura facilitando su utilización mediante incentivos a los usuarios y dando mayor seguridad jurídica para su aplicación.
5) ¿Nos puede dar algunos ejemplos de lo que se está haciendo en la región con el fideicomiso? ¿Cuál es el grado de sofisticación que ha adquirido este instrumento?
El fideicomiso en la región es muy amplio en la administración de recursos dirigidos a sectores sociales, de infraestructura, vivienda, garantía de operaciones crediticias e inversión personal. De todos ellos sin duda los fideicomisos para el financiamiento de proyectos es un instrumento de gran sofisticación. Los denominados fideicomisos financieros o de titularización, permiten que una entidad pública o privada pueda hacerle transferencias creando patrimonio autónomo de bienes o derechos de baja rotación sobre el flujo de ingresos que generen los mismos; que se puedan emitir títulos y valores para colocar en el mercado bursátil, captando recursos frescos utilizables en proyectos específicos de variados sectores. Este mecanismo permite que se pueda lograr mayor transparencia en la administración de los recursos, reduciendo los riesgos de inversión y los costos en el financiamiento de los proyectos. Existen experiencias exitosas en la región y en el caso concreto de mi país se han logrado financiar proyectos de generación eléctrica con este mecanismo por montos superiores a los 500 millones de dólares, lo cual ha permitido contribuir con este sector importante para la economía de la nación, al tiempo que aprovechar el ahorro interno y profundizar el mercado de valores con la emisión de papeles que son colocados por las operadoras de pensiones e inversionistas institucionales.
El esquema ha sido exitoso en países como Chile, quizá el mayor de todos ya que hizo de la titularización una política de Estado. Perú es otro caso exitoso, y sin duda lo es Bolivia en el sector de la minería con inversiones por más de 300 millones de dólares como también en otros sectores.
6) ¿Qué perspectivas se vislumbran para el fideicomiso en la región y en el mundo; cuáles serían las tendencias futuras?
En los próximos años veremos mayor utilización de la figura para el financiamiento de proyectos precisamente por versatilidad y flexibilidad y su utilización como un instrumento de apoyo a las gestiones de los gobiernos, lo cual hará que los activos crezcan de manera sostenida. Por otra parte, vamos a observar el desarrollo de novedosos esquemas que se adapten a necesidades personales y empresariales. De igual manera espero que los países sigan impulsando legislaciones y normativas que ayuden cada vez más a darle mayor seguridad jurídica y control sobre las entidades fiduciarias administradoras de estos patrimonios.
Será importante también la formación de cuadros técnicos y profesionales en el uso de este instrumento ya que como hemos indicado es una figura que conlleva, al igual que cualquier otro negocio financiero, riesgos importantes que deben ser adecuadamente analizados y administrados, a fin de evitar que se cometan abusos de la figura al emplearla para fines ilícitos o simplemente para aquello no tiene vocación. La formación de profesionales será una gran meta a alcanzar para que se haga un uso de lo más profesional y confiable posible.
7) Licenciado Porras, ¿qué reflexión final deja a nuestros lectores, entendiendo que entre ellos no sólo hay fiduciarios sino también personas interesadas en los fideicomisos?
El fideicomiso es una herramienta útil, flexible y versátil, que diseñada y administrada adecuadamente permite conjugar con transparencia y eficacia en un solo instrumento beneficios para diversos intereses tanto personales, como institucionales y empresariales. Al ser esta afirmación una realidad, la misma compromete tanto a quienes trabajamos como administradores puesto en el que tenemos la enorme responsabilidad de emplear nuestros esfuerzos y conocimientos para ejercer adecuadamente la función de gestores y administradores de bienes ajenos, como también, a quienes demandan la herramienta porque tienen que confiar en su fiduciario, lo cual lleva implícito una correcta selección y un trabajo mancomunado, en busca de los fines que se plantean en el encargo, logrando la mayor satisfacción posible entre las partes y la adecuada aplicación de las mejores prácticas de negocios.
Jorge Porras Zamora
Costarricense graduado en Ciencias Políticas de la Universidad de su país y se ha desempeñado como ejecutivo fiduciario del Banco Cooperativo Costarricense, gerente de Fideicomisos del Banco Internacional de Costa Rica y gerente de Consultoría Fiduciaria de la firma PricewaterhouseCoopers de Costa Rica.
Asimismo, fungió como presidente del Comité de Fiduciarios de la Asociación Bancaria Costarricense; representante de Costa Rica ante el Comité Latinoamericano de Fideicomiso (COLAFI) de la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN) y miembro del Comité Académico del “Programa de Formación Fiduciaria Internacional”.